23/4/13

HISTORIA 4. JAVIER REVERTE, Colinas que arden, lagos de fuego. /Historia/

UNA DE AFRICA

Para empezar....

KENIA (Wikipedia)
Kenia,[] oficialmente República de Kenia, es un país del este africano, que tiene fronteras con Etiopía al norte, Somalia al este, Tanzania al sur, Uganda al oeste y Sudán del Sur al noroeste, con el océano Índico bañando su costa sureste. El lago Victoria está situado al suroeste y está compartido con Uganda y Tanzania. Su capital es Nairobi. La superficie del país es de 580.000 km2 y su población es de 39 millones de personas[3] con gentes de numerosas culturas y orígenes. El origen del nombre del país se debe al Monte Kenia, un lugar tradicional del país y la segunda montaña más alta de África. Kenia también es conocida por su biodiversidad en animales y por una gran variedad de ecosistemas.
Kenia tiene 47 distritos, cada uno de ellos con un gobierno semi-autonómico respecto al gobierno central de
Nairobi. Kenia se divide geográficamente en varias áreas con un demografía muy variable, existiendo zonas de sabanas, áridas y semi-áridas, además de una gran costa con el Océano Índico. Las regiones centrales y el occidente tienen bosques y montañas mientras que las regiones del norte son más áridas.
Como parte del
Este de África, Kenia ha sido hogar del hombre desde el Paleolítico Inferior. La Expansión bantú alcanzó el área en el primer milenio antes de nuestra era, y los límites del estado moderno comprenden los pasos de las áreas lingüísticas y culturales del Nilo-Sahariana, la Afro-Asiática y la Bantú, por lo que Kenia ha sido un país multi-étnico desde sus orígenes. La presencia europea y árabe en Mombasa se remonta a los principios de la Edad Moderna, pero la exploración del interior comenzó en el siglo XIX. El Imperio Británico estableció el Protectorado del Este de África en 1895, desde 1920 conocido como la Colonia de Kenia. La República Independiente de Kenia se estableció en 1963.
La capital de Kenia, Nairobi, es una ciudad de gran importancia comercial en África. La economía de Kenia es además la de mayor producto interior bruto de la región Este y Central de África. El país ha sido productor tradicional de té y café, y más recientemente se ha dedicado a la exportación de flor cortada a
Europa. Cada vez más Kenia se está dedicando a la industria de las telecomunicaciones. Kenia es también una potencia mundial en el deporte, dando los mejores atletas como el campeón Paul Tergat y más recientemente David Rudisha.

Historia

Algunos fósiles encontrados al este de África sugieren que protohumanos rondaron el área de la actual Kenia más de veinte millones de años atrás. Hallazgos recientes en las cercanías del lago Turkana indican que homínidos como el Homo habilis y el Homo erectus habitaron en el territorio más de 2,6 millones de años atrás.
La historia colonial de Kenia comienza con el establecimiento de un protectorado
alemán sobre las posesiones costeras del sultán de Zanzíbar en 1885, seguido por la llegada de la Compañía Británica de África Oriental en 1888. La incipiente rivalidad imperial terminó cuando Alemania otorgó sus posesiones costeras a Gran Bretaña en 1890, a condición de que ésta respetase su dominio sobre sus recientemente adquiridas posesiones en la actual Tanzania.
A partir de
octubre de 1952 y hasta diciembre de 1959, Kenia se mantuvo bajo un estado de emergencia como consecuencia de una rebelión en contra del dominio británico. Las primeras elecciones directas de africanos para el Consejo Legislativo se llevaron a cabo en 1957. A pesar de las esperanzas británicas de otorgar el mando de la nación a un grupo de líderes africanos "moderados", fue la Kenya African National Union (KANU, Unión Nacional Africana de Kenia) de Jomo Kenyatta la fuerza política que formó el primer gobierno luego de la independencia de Kenia el 12 de diciembre de 1963. Kenyatta se convirtió en el máximo dirigente del país en un principio como Primer Ministro y, a partir de 1964, cuando Kenia se convirtió en república, como primer Presidente de la República.
Tras la muerte de Kenyatta en
1978, Daniel Arap Moi lo sucedió en la presidencia. Tras un intento fallido de golpe de estado en 1982, Moi prohibió los partidos de la oposición y declaró un régimen de partido único. Las presiones internacionales llevaron al restablecimiento de una democracia multipartidista en 1991. Moi ganó las elecciones presidenciales de 1992 y 1997. En el año 2002, Moi no se podía presentar a las elecciones debido a la limitación de mandatos establecida por la constitución, y apoyó a su sucesor Uhuru Kenyatta, hijo de Jomo Kenyatta. La National Rainbow Coalition (Narc, Coalición Nacional del Arco Iris), que agrupaba a numerosos partidos de la oposición, liderada por el veterano político Mwai Kibaki, ganó las elecciones. Kibaki se convirtió así en el tercer presidente de Kenia.
La etapa en el poder de Kibaki ha estado empañada por los escándalos de corrupción y por los violentos enfrentamientos debidos al proyecto de nueva constitución promovido por el presidente Kibaki, que fue rechazado en referéndum el
21 de noviembre de 2005. Este rechazo al proyecto de una nueva constitución que habría concedido amplios poderes al presidente, ha sido visto como un voto de castigo al propio Kibaki y la oposición ha reclamado la convocatoria de elecciones anticipadas.

Independencia de Kenia

A pesar de los temores de los colonos blancos, el gobierno de Kenyatta resultó moderado, prooccidental y progresista. Aunque Kenia, hacia finales de la década de 1960 era, de hecho, un Estado de partido único, se permitió una considerable libertad dentro del partido, y el gobierno pocas veces abusó en sus actuaciones. La redistribución de la tierra (aunque se hizo en favor de los kikuyu) tranquilizó mucho la reivindicación de los dirigentes tradicionales. Kenia se convirtió en república en 1964, siendo Kenyatta su primer presidente. Procuró mantener unas cordiales relaciones con los países vecinos aunque esto fue difícil en ocasiones, en especial con el régimen de Idi Amin Dada en Uganda. En 1967 se creó la Comunidad Africana Oriental, una unión económica de los tres países, considerada como un primer paso para la unificación política; esta intención desapareció progresivamente, aunque a comienzos de la década de 1980 los miembros de la antigua comunidad consideraron su restablecimiento. La política moderada y estable del gobierno de Kenyatta atrajo a un gran número de inversores extranjeros; se estableció una nueva área industrial cerca de Thika, y se modernizó la zona central de Nairobi. La industria del turismo, fundamentada en las grandes reservas nacionales de fauna salvaje, se expandió rápidamente para convertirse en la fuente más importante de entrada de divisas. Kenyatta fue reconocido a la hora de su muerte en 1978 como Mzee, (el viejo brujo), no sólo por su propio pueblo sino por una amplia serie de dirigentes mundiales.
Los temores ante una posible guerra civil entre los grupos
luo y kikuyu tras la muerte de Kenyatta resultaron infundados y su sucesor, Daniel Arap Moi, miembro de la tribu kalenjin, al principio mantuvo la moderación política y económica de su antecesor. Sin embargo, en junio de 1982, convirtió oficialmente a Kenia en un Estado de partido único. Dos meses más tarde, las tropas leales aplastaron un intento de golpe de Estado por parte de 1.000 miembros de la fuerza aérea y estudiantes universitarios.[5] Según avanzaba la década de 1980, el gobierno se enfrentó a una corriente creciente de críticas desde dentro y fuera del país. Muchos de los dirigentes críticos de Moi fueron encarcelados. A finales de 1991 las principales instituciones financieras internacionales y varios gobiernos occidentales suspendieron su ayuda económica, como una forma de forzar al gobierno de Moi a realizar reformas políticas y económicas.
Los partidos de la oposición fueron legalizados más tarde y el 26 de diciembre de 1992 se celebraron las primeras elecciones multipartidistas de Kenia. Moi y el KANU fueron reelegidos con una cómoda mayoría. Sin embargo, la elección (en la que todas las partes capitalizaban las fidelidades tribales) provocó un torrente de violencia étnica, principalmente dirigida contra los kikuyu en el poder, decenas de miles de personas fueron desplazadas de sus hogares y cientos asesinados hacia la mitad de la década. Al mismo tiempo, el gobierno continuó hostigando a los grupos de la oposición y se introdujeron duras reformas económicas ante la insistencia de las organizaciones financieras internacionales dirigidas a luchar contra la corrupción, pero provocaron una inflación vertiginosa, el incremento del desempleo y severas restricciones en los servicios públicos.
 Kenia en la actualidad
En agosto de 1997 estallaron de nuevo graves conflictos de carácter étnico en el país, y en noviembre el presidente Moi disolvió el Parlamento como paso previo a la celebración de elecciones un mes después, fecha en la que concluía su mandato quinquenal, tras dos décadas en el poder. Previamente, en el mes de septiembre, el presidente había pactado con algunos sectores de la oposición, tras las marchas y manifestaciones en demanda de una mayor democratización del país, ciertas reformas constitucionales mediante las que quedaban derogadas varias disposiciones de época colonial que prohibían la participación electoral de los grupos opositores. Estos grupos se presentaron divididos a los comicios, por lo que Moi fue reelegido presidente en diciembre.
Las elecciones presidenciales y legislativas celebradas el 27 de diciembre de 2002 marcaron el fin de la hegemonía de Moi y de su partido. En las presidenciales, Emilio Mwai Kibaki, presentado por la opositora Coalición Nacional Arco Iris (NARC), logró el 62,3% de los votos y se impuso al candidato del KANU, Uhuru Kenyatta, hijo del primer presidente del país, quien consiguió el 31,3%. Además, la NARC tendría mayoría absoluta en la nueva Asamblea Nacional gracias a sus 132 diputados. Tres días después, Kibaki sucedió de forma oficial a Moi en la presidencia.
En un referéndum celebrado el 21 de noviembre de 2005, los ciudadanos rechazaron el borrador de una nueva Constitución que había sido motivo de graves enfrentamientos hasta en el seno del propio gobierno. Dos días después, el presidente, que había apoyado el proyecto constitucional (en tanto que reforzaba los poderes del jefe del Estado), disolvió el gobierno, varios de cuyos integrantes se habían opuesto a la aprobación de esa nueva Carta Magna.
En los comicios desarrollados el 27 de diciembre de 2007, Kibaki obtuvo la reelección al recabar el 47% de los sufragios, por el 44% de Raila Odinga y el 9% de Kalonzo Musyoka. El triunfo de Kibaki, salpicado de acusaciones de fraude, generó graves disturbios y enfrentamientos entre grupos afines al presidente (principalmente vinculados a la etnia kikuyu) y opositores al oficialismo (pertenecientes, como Odinga, al grupo étnico luo).
La crisis (que había desencadenado una auténtica tragedia: aproximadamente 1.500 personas muertas y casi medio millón de desplazadas) solo pareció llegar a su fin después de que, en febrero de 2008, Kibaki y Odinga alcanzaran un acuerdo para establecer un gobierno de coalición en el que el cargo de primer ministro (abolido desde 1964) sería para el líder del partido con mayor representación parlamentaria, en este caso, el Movimiento Democrático Naranja de Odinga, el cual se convirtió en jefe del gabinete el siguiente mes de abril.[6]
TANZANIA (Wipedia)
Lo que hoy es Tanzania fue una colonia alemana conocida como África Oriental Alemana desde alrededor de 1880 hasta 1919. Estuvo bajo control del Reino Unido entre 1919 y 1961. Poco después de la independencia, Tanganica y Zanzíbar se unieron para formar Tanzania el 26 de abril de 1964. El unipartidismo acabó en 1995, año en que se celebraron las primeras elecciones democráticas en el país desde la década de 1970.

Historia

La famosa Garganta de Olduvai, en el norte de Tanganica ha aportado interesantes pruebas sobre la prehistoria en la zona, incluyendo restos fósiles de algunos de los ancestros más tempranos de la Humanidad. Los descubrimientos sugieren que el África Oriental podría haber sido el lugar en el que apareció el ser humano.
Se sabe poco de la historia de la Tanganica interior durante los siglos pasados. Se cree que la zona fue habitada por grupos étnicos que hablaban lenguas con sonidos similares a las de los
bosquimanos y los hotentotes del sur de África. Aunque todavía quedan restos de esas primeras tribus, la mayor parte fueron desplazados por agricultores bantúes que migraron hacia el oeste y el sur y por nilotas y otros pueblos relacionados del norte. Algunos de estos grupos formaron sociedades bien organizadas y controlaban extensas áreas hasta el momento en el que los mercaderes árabes, los exploradores europeos y los misioneros penetraron en el interior en la primera mitad del siglo XIX.
La zona costera fue la primera en sentir el impacto de la influencia exterior, al comienzo de nuestra era.
Rhapta, el mercado más meridional de Azania, era conocido por los mercaderes del periodo del imperio romano.
Después, los mercaderes árabes establecieron puestos comerciales en la costa. Quizá ya en el
siglo VIII. En el siglo XII, los mercaderes y los inmigrantes llegaron tan lejos como desde Persia (actual Irán) y la India. Los nativos construyeron unas series de ciudades y estados comerciales a lo largo de la costa, siendo la más importante de ellas Kibaha, un asentamiento que exisitió hasta que los portugueses lo destruyeron a principios del siglo XVI.
El navegante portugués
Vasco da Gama exploró la costa del África Oriental en 1498, durante su viaje a la India. En 1506, los portugueses reivindicaron el control de toda la costa. Este control, sin embargo, fue nominal ya que ni colonizaron el área ni exploraron su interior. Ayudados por los árabes omaníes, los moradores indígenas de la costa tuvieron éxito en mantener a los portugueses fuera de la zona al norte del río Ruvuma. El sultán omaní Sultan Seyyid Said (l804-56) trasladó su capital a Zanzíbar en 1841 para reclamar el territorio costero.
Las regiones del interior eran todavía muy desconocidas para los europeos. Una parte de la región de los
Grandes Lagos, al oeste del lago Victoria consistía en muchos pequeños reinos entre los que destacaban Karagwe y Buzinza, que fueron dominados por sus vecinos más poderosos Ruanda, Burundi y Buganda. La exploración europea del interior comenzó a mediados del siglo XIX. Dos misioneros alemanes llegaron al Kilimanjaro en la década de 1840. Los exploradores británicos Richard Burton y John Hanning Speke cruzaron el lago Tanganica en 1857. David Livingstone, el explorador y misionero escocés, que luchó contra el tráfico de esclavos, estableció su última misión en Ujiji, donde Henry Morton Stanley, un explorador y periodista estadounidense enviado por el New York Herald consiguió encontrarlo.

Colonialismo


En 1884 se plantearon los intereses coloniales alemanes. Karl Peters, que formó la Sociedad para la Colonización Alemana, firmó una serie de tratados con los jefes tribales del interior, por los que éstos aceptaban la "protección" de Alemania. El gobierno del Príncipe Otto von Bismarck apoyó a Peters en el establecimiento de la Compañía Alemana del África Oriental.
En
1886 y 1890, Gran Bretaña y Alemania firmaron unos acuerdos que delinearon las esferas de influencia británica y alemana en el interior del África Oriental y a lo largo de la franja costera previamente reclamada por el sultán omaní de Zanzíbar. En 1891, el Gobierno alemán tomó la administración directa del territorio de la Compañía Alemana del África Oriental y nombró un gobernador con sede en Dar es Salaam.
A pesar de que la administración colonial alemana llevó a Tanganica, nuevos cultivos, ferrocarriles y carreteras, el gobierno de los europeos provocó la resistencia africana. Entre
1891 y 1894, los Hehe (dirigidos por el jefe Mkwawa) se resistieron a la expansión alemana, pero fueron finalmente derrotados. Tras un periodo de guerra de guerrillas, Mkwawa acabó suicidándose en 1898. La resistencia culminó con la rebelión Maji Maji de 19051907. La revuelta, que unió temporalmente a varias tribus meridionales y que sólo acabó después de que unos 120.000 africanos murieran en el conflicto o por el hambre, es considerada por la mayoría de los tanzanos como el primer fenómeno de nacionalismo, aunque muchos historiadores discrepan de esta conclusión. Según los investigadores, las hostilidades tradicionales desempeñaron un importante papel en la rebelión.
Durante la
Primera Guerra Mundial, el intento británico de invasión fue abortado por el General alemán Paul von Lettow-Vorbeck en la batalla de Tanga.
El dominio colonial alemán sobre Tanganica concluyó tras la Primera Guerra Mundial, momento en el que la mayor parte del territorio pasó al
Reino Unido bajo mandato de la Sociedad de Naciones. Además le correspondió la orilla occidental del lago Victoria, que con anterioridad había sido parte de las colonias alemanas de Ruanda y Burundi.
Tras la
Segunda Guerra Mundial, Tanganica se convirtió en territorio en fideicomiso de Naciones Unidas bajo control británicos. En los años que siguieron, Tanganica fue avanzando hacia el autogobierno y la independencia.

 Independencia

En 1954, Julius Nyerere, un maestro de escuela que por entonces era uno de los dos únicos habitantes de Tanganica que habían estudiado en la universidad en el extranjero, organizó un partido político la Unión Nacional Africana de Tanganica (Tanganyika African National Union - TANU). En mayo de 1961, Tanganica paso a ser autónoma y Nyerere se convirtió en Primer ministro bajo una nueva constitución. La independencia total se consiguió el 9 de diciembre de 1961. Nyerere fue elegido Presidente y Tanganica se convirtió en miembro de la Commonwealth un año tras la independencia.Commons



Para profundizar...

HISTORIA DEL AFRICA NEGRA: DE LOS ORIGENES A LAS INDEPENDENCIAS

JOSEPH KI-ZERBO, BELLATERRA, 2011
ISBN
9788472905276

Sinopsis

La Historia del África Negra del burkinabé Joseph Ki-Zerbo (1922-2006) es un clásico contemporáneo, no sólo vigente, sino imprescindible. La obra original supuso una especie de ensayo de lo que sería después la Historia General de África, proyecto referencial en el que Ki-Zerbo participó como miembro del Comité Científico Internacional y director del primer volumen.
Joseph Ki-Zerbo perteneció a la generación de sabios que, en el camino a la independencia, revisó la historia del continente al sur del Sáhara. Esa historia había sido ignorada e incluso negada por Occidente durante mucho tiempo, como nos recuerda el propio autor citando en este sentido a Hegel. La historiografía colonial empezaría a llenar ese vacío, pero atribuyendo todo cambio substancial al exterior. Sólo la llegada de una hornada de historiadores africanos, con Joseph Ki-Zerbo en primer plano, ha permitido empezar a apreciar la originalidad de la contribución africana a la historia humana, obligándonos a revisar nuestras concepciones tanto del pasado como del futuro. La Historia del África Negra de Ki-Zerbo es, sin duda, un antídoto contra el falso anuncio del «fin de la historia».
Como es bueno esperar, las interpretaciones históricas de Ki-Zerbo y su generación han sido complementadas e incluso superadas por investigadores posteriores, algunos de los cuales han sido publicados en Edicions Bellaterra, como Ferran Iniesta o Paul Nugent. Sin embargo, ninguna obra ha podido sustituir la combinación de referencias textuales, interpretación crítica y entusiasmo por la vigencia del pasado en el presente que caracteriza la obra de Ki-Zerbo. Su acercamiento a las sociedades africanas a través de vívidas descripciones contemporáneas de los hechos abordados, continúa siendo un complemento necesario para cualquier aproximación histórica al continente vecino.
La presente edición respeta el original del autor, con toda su capacidad de evocación e inspiración, al tiempo que revisa en profundidad la traducción al español. No se pretende, pues, con
tinuar la obra de Ki-Zerbo ni enmendar la plana al autor. (Casa del libro)

 

PENSANDO EN AFRICA: UNA EXCURSION A LOS TOPICOS DEL CONTINENTE

LUCIA ALONSO OLLACARIZQUETA, ICARIA, 2000
ISBN
9788474264968

 

 

Sinopsis

La palabra África evoca comúnmente una imagen singular y exótica: un continente en el que se mezclan desiertos, selvas y sabanas sin clara solución de continuidad; un espacio habitado por negros pueblos primitivos y animales salvajes; un lugar al que se aferran la pobreza, el hambre, las guerras y las enfermedades, como si fuera la morada de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. La información que recibimos de los medios de comunicación, del cine, la literatura y los libros de texto parece orientada a reforzar una y otra vez esa imagen. Una imagen que en realidad refleja nuestra forma de ver y entender el mundo y que al observarla nos invita a descubrir la riqueza y los matices de los que hemos despojado a África para que se ajustase a nuestra percepción. (Casa del libro)

Para curiosear...




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