30/11/13

Historia 12. Las joyas del paraíso, DONNA LEON

ARTE


DESLUMBRANTE, ESPLÉNDIDO, TEATRAL.... 


... exuberante, total,  recargado, cegador, apabullante, desmedido, convincente..... así fue el Barroco,  el estilo artístico que estaba dando sus últimos frutos en la época de Steffani. Y por si no queda claro que hablamos de mucho más que de estética, deberíamos pensar en el Barroco como expresión del poder. Fue un poder terrenal, si miramos las cortes reales europeas, donde el rey convencerá sobre su poder deslumbrando con sus palacios y edificios cortesanos. Pero también fue el poder papal romano el que se aprovechó del arte para canalizar y exponer su poder deslumbrando al creyente por medio de sus producciones arquitectónicas, escultóricas y pictóricas, que persuaden con su teatralidad magnífica.

En este mundo exhibicionista y deslumbrante pasó la mayor parte de su vida Steffani. Además de clérigo, fue músico y diplomático y, en esa época, arte, política y diplomacia iban de la mano. (Arte y diplomacia) 


Vamos situándonos, pero concretemos más. Vamos a hablar del escenario italiano en el que se crió Steffani, el Véneto,  escenario en el que sitúa Donna León su novela.  Hablar de Donna León y no citar a Venecia es algo así como pecado. Es auténtica pasión lo de la León y Venecia, es fácil sucumbir a sus encantos, es una ciudad que parece hecha para convencer y deslumbrar, como si toda ella fuera una obra barroca, puro escenario fabuloso. La León está prendada por esta ciudad y si todavía una de sus calles no lleva su nombre, en agradecimiento a sus servicios, es algo incomprensible. La ciudad es siempre otro personaje más de sus novelas. En ésta, también  podemos hacer un itinerario por ella de la mano de la prota, Caterina, dejarnos seducir por cualquier rincón... Venecia   Y si quisiéramos empaparnos del barroco veneciano, no deberíamos abandonar la ciudad sin visitar la Iglesia SantaMaría de la Salud de Longhena (1630).  Un espacio en el que poder transportarnos a otra época, rodeando y disfrutando de su interior, esa es una peculiaridad que me encanta de la arquitectura, siempre dispuesta a prestar experiencias directas. Situación escenográfica perfecta; portada, majestuosa; interiores, preciosos. ¿Alguien da más?
Canaletto. (obra comentada)
Pero si queremos ver el aspecto de la ciudad en aquella época, debemos de fiarnos de dos reporteros gráficos de primer orden:  Canaletto y Guardi. Su afán no era tal, pero ¿podemos encontrar algún testimonio mejor sobre la atmósfera de la ciudad? ¿Sobre sus edificios, sus canales?  Pues eso, cuando el arte es documento. (Información Guardi  y sobre Canaletto)


Y para terminar, leer, cerrar los ojos y evocar. Si no hemos tenido la suerte de visitar Venecia, JavierMarías nos presta sus impresiones. 


Un puñado de gracias a mi documentalista artística.

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