2/3/14

Historia 15. El lobo de Wall Street

Película

LA FIESTA DE LA CODICIA,
 SEGÚN MR. SCORSESE


Todo lo que firma Scorsese, lleva sello de calidad, nunca deja indiferente, y su última peli, “El lobo de Wall Street”, es otro ejemplo más. Hay un buen puñado de aspectos de la peli que hablan de la forma que tiene Martin Scorsese de entender el cine y que me encantan.
¿Cómo consigue ese ritmo narrativo vertiginoso? Narración a ritmo de jazz, rock, pop, hip hop…, sin respiro, sin pausa. Sin darte cuenta estás  viviendo  el stress, la agitación y el nerviosismo del prota. Me deslizo por el tobogán vital y vertiginoso del hiperactivo prota. Rápido e intenso, qué la vida es breve. Plano tras plano,  bien cosidos y encadenados. Y para lo que ya no vamos a digerir visualmente, las voces en off, marca de la casa, que nos añaden un plus de información. En esta ocasión, incluso Dicaprio se dirige con desparpajo a nosotros para contarnos, de cuando en cuando, su historia, ¡y no chirría!

Siempre en el filo de la navaja, entre la tragedia y la comedia. Esas escenas “made in Scorsese”, habitualmente alrededor de una mesa, entre bocado y bocado, en las que se discute sobre como estafar a alguien o darle el pasaporte definitivo, según convenga, entre toques del más refinado y divertido absurdo. Balanceo magistral entre el maravilloso humor de lo mundano y los más bajos instintos de nuestra animalidad. Hay dos escenas geniales a este respecto. El diálogo entre Leonardo DiCaprio y Matthew McConaughey, al comenzar la película, es una declaración de intenciones de lo que será la historia. La otra,  cómo el personaje de DiCaprio recluta al grupo de compañeros de trabajo que comenzarán con él su gran aventura. Para no perdérselas.

El gusto por la elegancia. Pero ¡qué trajes se gasta el colega! Ni uno solo de los placeres que se consiguen con dinero están fuera del menú del lobo, y el bien vestir es uno más. No sé si el cuidado en el vestir es original del personaje en el que se basa la historia o si es cosa de Scorsese. Me decanto por esto segundo, pues no hay mas que fijarse en los trajes y corbatas, a todo lujo, que despliega en “Casino” De Niro, por ejemplo. Pues aquí, Dicaprio, y alguno de sus colegas, no le van a la zaga.

Y por supuesto, la música. Otro aspecto muy mimado por el director. Trepidante como la montaña rusa vital en la que está el prota,  repartida a lo largo de toda la historia y  muy bien colocada.

Las actuaciones de los papeles principales, como siempre y como no podía ser de otra manera, geniales. No he visto 5 minutos mejor empleados delante de una cámara que los de Matthew McConaughey. De DiCaprio, nada que decir. Nos está mal acostumbrando poniendo el listón tan alto. Está claro que Scorsese se sabe rodear de lo mejorcito: Robert de Niro, Joe Pesci, Daniel Day-Lewis, Matt Damon, Ray Liotta, Paul Newman, Tom Cruise…

Hay que fijarse en DiCaprio, el líder. Como si de un general se tratara, intentando enfervorizar a sus tropas para que estén dispuestas a entregar su vida por la causa, o como sucede aquí,  para que saqueen sin compasión a todo aquel que cae en sus redes. ¡Qué poder el del líder capaz de conducir a la masa, que por serlo se suele volver pelín boba y sin voluntad propia! ¡Qué peligro y que virtud a un tiempo!


He oído y leído a algún crítico cinematográfico que recriminaba a Scorsese su falta de posicionamiento crítico ante personajes como el que nos relata ¡por favor, un poco de moraleja! No sé si nuestro director ha querido plasmarla, posicionarse o evitarla. Quizás considere a los espectadores lo suficientemente maduros como para sacar sus propias conclusiones, que el exponer el relato baste por si mismo. Desde mi punto de vista hay al menos una secuencia, el policía volviendo a casa en metro, en que veo intencionalidad por parte de Scorsese. No obstante, si que creo que hay un intento de evitar juicios éticos sobre el personaje y su relato. No obstante,   seguirle en su ascenso y caída, y contemplar lo barato que a algunos delincuentes les cuesta serlo, ya es por sí mismo bastante crítico con la sociedad que, pasito a pasito vamos creando entre todos, y que lo permite. Unos por acción y otros por omisión. Si  tengo que ponerle un pero a la historia, no es otro que el hecho de que me ha contado poco. He echado de menos un poco más de enjundia argumental, para otra ¿vale Scorsese?

Argumento: 

Película basada en hechos reales del corredor de bolsa neoyorquino Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio). A mediados de los años ochenta, Belfort era un joven honrado que perseguía el sueño americano, pero pronto en la agencia de valores aprendió que lo más importante no era hacer ganar a sus clientes, sino ser ambicioso y ganar una buena comisión. Su enorme éxito y fortuna cuando tenía poco más de veinte años como fundador de una agencia bursátil le valió el mote de “El lobo de Wall Street”. Dinero. Poder. Mujeres. Drogas. Las tentaciones abundaban y el temor a la ley era irrelevante. Jordan y su manada de lobos consideraban que la discreción era una cualidad anticuada; nunca se conformaban con lo que tenían. (FILMAFFINITY)

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