28/7/14

Historia 20. 14, Jean Echenoz.

Arte
CONTRASTE SINCRÓNICO

En los días claros, en los transparentes, esos  que parecen diseñados para ser perfectos, esas  ocasiones en las que la Naturaleza lo hace de lujo, parece imposible que el hombre consiga acabar con el milagro. Prohibido matar y morir en un día así. Imposible morir en un jornada diseñada por la Naturaleza para ser perfecta. Si, aun con todo, la muerte aparece, se produce un desajuste entre el universo natural y el rey de la creación.

Con esta admiración por  los contrastes caprichosos en el tiempo y el espacio, nos vamos a Londres. 1910, Exposición sobre pintura francesa en la Manes, Cézanne, Gauguin y Van Gogh dejan al personal con la boca abierta. Mientras tanto, políticos y militares organizando cómo acabar con el enemigo, y de paso, con media Europa. 



1918, Renoir pinta sus bañistas, está en el final de su producción artística. En el frente se inmortalizan escenas como ésta.
Todo esto sucede en sociedades con valores similares y culturas compartidas. Todo a escasos km.

En esta sociedad, y centrándonos en el arte, artistas coetáneos, interpretaron la realidad que les rodeaba de muy diferente manera. Ajenos a las tribulaciones de sus gobernantes y centrados en su quehacer artístico ,algunos; otros, dejándose influenciar por la efervescencia social de esa época. En conjunto, aportando miradas personales y muy diferentes, contribuyeron a crear una de las páginas más brillante de la historia del arte de principios del S. XX: las vanguardias pictóricas.

Contexto de las vanguardias artísticas

                                                                       De las vanguardias a la postmodernidad

A la par, la recién estrenada disciplina fotográfica obtenía unos resultados fabulosos. Arte y documento histórico. Expresión, sentimiento, testimonio. Todo en blanco y negro, muy expresivo. Imágenes que cuentan más que lo reflejan.
Fotos en periódicos “Le miroir”  o “L´Ilustration”, testimonio gráfico del que participa un personaje de la novela de Echenoz. 




AInstantánea de la Tregua de Navidad de 1914, entre los soldados alemanes y británicos en Ploegsteert (Bélgica) / IMPERIAL WAR MUSEUM (Q11745)ñadir leyenda
IWMLondonFirst World War. (De obligada consulta)

 Limpieza del frentes. 1917. Givord

En esta ocasión, el día soleado, esperanzador, que suponen las vanguardias, es un contrapunto que da aire, necesario para seguir respirando dentro de tanta desolación. Louis Barthas puede que no estuviera de acuerdo. No le gustaban ni siquiera los monumentos a los caídos “No daré mi óbolo, salvo si esos monumentos simbolizan una protesta vehemente contra la guerra, contra el espíritu de la guerra. No daré mi contribución si son hechos para exaltar o glorificar la muerte o para incitar a que las futuras generaciones sigan el ejemplo de estos mártires involuntarios” Tenía pleno derecho a eso y a más. Pero que la vida sigue es un hecho evidente, que junto a un día luminoso hay una desgracia en ciernes, también. Mientras sueñas con un Sisley o un Picaso, a su lado, puedes colgar una fotografía desoladora en blanco y negro. Así es y así es quizá bueno que sea. Eso sí, tomando buena nota de todo, que la memoria es muy desmemoriada.

Albert Herter
“Sombreros, bufandas, ramilletes, pañuelos, se agitaban en todas direcciones, algunos introducían cestas de comida por las ventanillas de los vagones, otros estrechaban en sus brazos a sus retoños, los ancianos y las parejas de abrazaban, las lágrimas inundaban los estribos, como puede apreciarse actualmente en París en el vasto fresco Albert Herter, el  vestíbulo Alsace de la gare de l´Est” (14, Jean Echenoz)



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