29/11/14

Historia 24. Canta Irlanda, JAVIER REVERTE

Libro


GEOGRAFÍAS LITERARIAS Y MUSICALES

¡Pero qué bien te lo montas Mr. Martin! Cada vez más listo. Esta vez has sido muy ambicioso uniendo tres de las cosas que más te gustan, según  he leído y oído: viaje, literatura y música.
Aquí está de nuevo Mr. Reverte dándose un garbeo por uno de sus países preferidos: Irlanda. Esa Irlanda de inclementes y recias borrascas; de prados y lomas infinitas; de gentes levantiscas y sufridoras pero también bullangueras y amantes del buen elixir que se sube a la cabeza y desata las lenguas; de música popular con vocación de eternidad; de un historia atormentada y brava, y de una literatura que no se expresa únicamente con palabras, sino que perfuma el aire que se respira en calles y prados alimentando a sus gentes. A mí no me engañas, Mr. Martin, este último aspecto es definitivo en tu amor por ese cacho de tierra al noroeste de Europa.

Se puede viajar por muchos motivos. Seguramente tantos como personas realizan esa actividad. Las causas más socorridas son  conocer el arte, las costumbres, la historia, la gastronomía, las playas,  el folklore o los garitos de moda… de un determinado territorio geográfico, o simplemente por dejar de ver las caras de todos los días y olvidarte de todo, ¡vaya, por huir de lo cotidiano y conseguir que el tiempo pase más despacio y de más de sí! Perfecto, pero don Javier propone otra posibilidad, un viaje literario y musical a través de una geografía. Recorrer kilómetros teniendo como brújula los escritores que allí vivieron o escribieron; posicionarse en lugares físicos que inspiraron obras maestras e intentar contagiarse de algo de la magia que invadió a esos autores; escuchar y compartir la corriente eléctrica al tararear músicas que cuentan y cantan historias, comunes a otros pueblos, y la par intransferibles, entre las gentes que las compusieron y les siguen dando vida. La propuesta es ambiciosa, pero es una de las formas más profundas de conocer a un pueblo.

“Ahora creo que a Irlanda la diferencia, sobre todo, la idea o los sentimientos que los irlandeses tienen sobre su patria y sobre sí mismos. Y que esa emoción o idea se expresa sobre todo en forma lírica. A las naciones no las significan tan sólo su historia, su geografía y sus gentes, sino tambíen sus mitos, su poesía, su música, sus canciones y, en el caso irlandés, el peso que la leyenda tiene sobre la realidad”

La realidad a través de su lírica, bien.

Las buenas lecturas despiertan los sentidos y abren el apetito de más. Te cogen por la pechera y te llevan de la mano a otras.  Esa es una cualidad nada desdeñable de los textos hechos con corazón y toques mágicos. Reverte siempre se preocupa de mostrar una buena colección de lecturas alternativas, relacionadas o esquinadas pero que abren posibilidades al lector de sus obras. Aquí más que nunca. Uno de sus motivos más fuertes para vagabundear por Irlanda son sus escritores. Jonathan Swift (Los viajes de Gulliver); Oscar Wilde (La importancia de llamarse Ernesto); Samuel Beckett (Nobel 1969); Patrick Kavanagh (poeta); William Butler Yeats (poeta. Nobel 1923); Abraham "Bram" Stoker (Drácula); Brendan Behan (dramaturgo); Seamos Heaney (Nobel 1995); George Bernard Shaw (Nobel 1925); James Joyce… Hay motivos más que suficientes para perderse con alguno de ellos, bueno con su obra.

Reverte en estado puro: “Esa mañana de junio de 2004 se celebraba, pues, el centenario del paseo dublinés de Bloom y del cortejo de Joyce a Nora. Y la fiesta, ideada en 1954 por un grupo de escritores irlandeses, entre otros, Patrick Kavanagh, era ya una tradición en Dublín: cientos de dublineses vestidos de época llenaban las calles del centro de la ciudad, visitando los escenarios descritos en el libro, y un par de avenidas habían sido cortadas al tráfico por la policía. A mí, que vengo de un país en donde sólo se cierran las vías  públicas para dar paso a carreras ciclistas, manifestaciones políticas, procesiones religiosas y desfiles militares, me resultaba gratificante que el motivo fuera un libro ¿Cuándo le haremos un homenaje parecido a Cervantes?, me preguntaba”

Geografía literaria, Reverte busca los lugares físicos que habitaron los escritores para conocerlos y poder entenderles un poco más, quizá para contagiarse del embrujo que inspiro tantas fabulosas páginas.

“Seguí viaje hacia la iglesia de Drumcliff y la mansión de Lissadell, al norte de Sligo, dos de los escenarios principales de la ruta que sigue los rastros de William Butler Yeats en el condado ( ) Traía un libro de bolsillo con poemas de Yeats. Lo abrí por la página del último largo poema en el que trabajaba cuando murió”

De esta forma literatura y geografía se funden y Reverte realiza un viaje que va más allá de lo que está a la vista. Me ha convencido. Hago la firme promesa de meter en el bolsillo “Campos de Castilla” de Antonio Machado (me queda más a mano)  e ir a comprobar si yo también puedo viajar de esta forma.


Es un viaje muy documentado, por otra parte como todos los de Reverte, no obstante, en éste nos  deja ver más esa preparación. Abundan los datos históricos, citas y textos de los escritores a los que sigue su huella, letras de multitud de canciones que hablan del carácter y de la historia del pueblo que las creó e introduce a la Naturaleza como un personaje fundamental. Y aquí don Javier se pone muy poeta

“El Atlántico se mostraba enrabietado ese mediodía, rugía con furor y descargaba sobre la costa golpes inmisericordes, como un boxeador empeñado en concluir un combate por K.O. Al fondo, el océano tenía el tono del acero oxidado, revolcándose sobre sí mismo, espumoso y agrio, pugnando inútilmente por devorar los islotes de hierro”

“Un sol asustadizo trataba de asomar entre los jirones de las nubes y el vigoroso viento provocaba un sonoro alboroto de las hojas de los árboles”

Salí hacia Belfast con el atardecer a mis espaldas: bramaba un sol de sangre sobre un cielo blanquecino, como rojos mofletes incendiando el lívido rostro de un bebedor”

¿Tendrán algo que ver el clima desabrido y el paisaje recio y duro con la creación de un alma interior tan lírica que se expresa a través de una literatura y una música tan rica?

Por lo demás, todo el Reverte escritor viajero está aquí. El observar, reflexionar, no juzgar, disfrutar y aprender de todo lo que le sale al paso. Un paso más, filosofía de andar por casa, de tan pegadita como está, a veces ni la vemos: las virtudes de la vida cotidiana ¿hay algo más ahí?
 “De modo que, en este bonito, apacible y alegre pueblo del oeste irlandés, paseo –a menudo bajo lluvia-, almuerzo patas de cangrejo de mar con mayonesa y mejillones con salsa cremosa de ajo, contemplo los hermosos cielos atlánticos, que al atardecer tienen el brillo de la hoja de un sable herida por la luz del sol, y, muerto el día, bebo unas pintas de Guinnes en un pub donde toquen música en vivo, para seguir escuchando cómo canta Irlanda”

UN OTOÑO ROMANO


Por puro azar he enganchado un Reverte con otro. De Irlanda a Roma sin paradas, sin descanso. Un otoño romano, su último libro, fue escrito el último otoño durante una estancia de tres meses en la capital de Italia y numerosas visitas anteriores.

Conclusiones, placeres y propósitos.
  1. Siempre me ha parecido buena idea consultar la guía de viajes correspondiente antes de iniciar un viaje o preparar una visita. Veamos a qué me enfrento, pienso. Cambio de planes, voy a incluir en mis lecturas previas literatura escrita por viajeros. Sé que con esto, y con la guía también, corro el riesgo de llenar mi maleta con ideas preconcebidas y emborrachar mi sensibilidad con miradas ajenas, pero correré el riesgo. Los grandes lo merecen.
  2. Apetito de leer. Otra vez me topo con la bendita manía de Reverte por presentar un menú tan apetitoso de lecturas que no sé si me empacharé. Los entrantes con Stendhall (Paseos por Roma). Los segundos son de Joseph Pla (Cartas de Italia) y de D.H. Lawrence (Paseos Etruscos). Espero llegar a los postres con hambre y poder quedarme como una reina, pues me espera Marguerite Yourcenar (Memorias de Adriano) y Robert Graves (Yo, Claudio). Si es que no puede ser…
  3. Aunque archiconocidos y admirados por  sus trabajos, voy a hacerme con unas biografías sobre Miguel Angel  y  Borromini, no sé apenas nada de sus andanzas.  Puede que su estancia mundana estuviera a la altura de sus esculturas, o no (me entero)
  4. Rápidamente voy a ponerme a trabajar la “mirada Reverte”, consigue ver más allá de lo evidente. Y también a escuchar. Lo habladoras que se vuelven las ciudades cuando se sabe escuchar. Hablan en distintos idiomas y dicen cosas diferentes, según quien escuche.


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