25/1/17

Historia 45. El editor de libros

Libros


AUTOR Y EDITOR
Sería una pena desperdiciar esta oportunidad sin leer un poco sobre el autor y el editor, algo más sobre la figura que hace posible que la obra llegue a todo el que esté dispuesto a recibirla y, por su puesto, mucho más sobre el escritor que crea la obra.


Max Perkins. El editor de libros, Andrew Scott Berg.
Rialp, 2016

Max Perkins, genio extraordinario, fue el descubridor de grandes de la literatura como F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway o Thomas Wolfe. Sin embargo, su vida transcurre en la penumbra, entre bastidores, ayudando a sus autores como editor, pero también como crítico, gestor, agente... y amigo.
Fue el descubridor de grandes de la literatura como F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, Thomas Wolfe y tantos otros. Sin embargo, su vida transcurre en la penumbra, entre bastidores, ayudando a sus autores como editor, pero también como crítico, gestor, agente... y amigo. Esta biografía, ganadora del National Book Award, es la primera en explorar la fascinante vida de este genio extraordinario, tanto en el ámbito profesional como en su vida personal, y ha servido de inspiración para la película El editor de libros, protagonizada por Colin Firth, Jude Law y Nicole Kidman. A. Scott Berg (1949) es ganador del premio Pulitzer (Lindbergh) y del National Book Award (Max Perkins), y ha recibido una Guggenheim Fellowship (Goldwyn). Se graduó en Princeton University en 1971 y actualmente vive en Los Angeles.
Max Perkins, genio extraordinario, fue el descubridor de grandes de la literatura como F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway o Thomas Wolfe.

Del tiempo y el río, Thomas Wolfe
Intervención cultural, 2013
Tras la prematura muerte de Thomas Wolfe, William Faulkner dijo de él que se trataba del mejor escritor de su generación, colocándose el propio Faulkner, modestamente, en el segundo lugar de la lista. Listas aparte, Wolfe es, junto a Faulkner y Carson McCullers, un genuino representante de lo que podría denominarse lirismo su seño norteamericano. En el conjunto de su obra, basada en su propia experiencia vital, sin duda Del tiempo y el río constituye la pieza de mayor relieve, la más importante y la que mayor influencia ha ejercido en la novela contemporánea. Eugene Gant, su protagonista (trasunto del propio Wolfe), es el héroe novelesco por antonomasia. Su poderosa vitalidad, su avasallador deseo de convertirse en escritor, su romántica necesidad de abarcar toda clase de experiencias sin someterse a limitaciones o cortapisas, explosivamente, hacen de él una de las criaturas de ficción más entrañables y conmovedoras de la literatura de nuestro tiempo. Vorágine de palabras y aconteceres, Del tiempo y el río constituye uno de los más bellos análisis de la soledad y el desamparo, a la vez que un implacable ejercicio de reflexión sobre la creación artística y sobre el paso del tiempo y la llegada de la muerte.


El angel que nos mira, Thomas Wolfe
Valdemar, 2009
Pese a su prematura muerte, Thomas Wolfe (1900-1938), como Proust o Kafka, ha dejado una honda huella en la literatura contemporánea, y su estela se hace visible en escritores de la talla de William Faulkner, Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, Jack Kerouac o Philip Roth.
El ángel que nos mira es una novela de iniciación que narra los avatares y experiencias del joven Eugene Gant, al tiempo que retrata con vividez y detalle la vida en el profundo Sur norteamericano de principios del siglo XX. El afán de exhaustividad narrativa de Wolfe
, que le lleva a comenzar su historia con la azarosa vida de Oliver Gant, padre del protagonista, convierte el relato en una gran saga autobiográfica, elogiada unánimemente por la crítica de su tiempo.

El viejo Rivers, Thomas Wolfe.
Periférica, 2015
Una sátira del mundo editorial neoyorquino.
El viejo señor Rivers es un editor a la antigua: ama el «buen gusto» por encima de todo, y nada desearía menos que publicar textos con palabras malsonantes o temas demasiado realistas. Ama también la vida social de Nueva York, los clubes donde viven los ancianos caballeros como él y las cenas a las que lo invitan cada día viudas de embajadores o sociedades de todo tipo. Perfecto personaje dickensiano, tiene una palabra para todo el mundo, y del ocio hace, como dijera el clásico, siempre negocio. Esta narración, que tiene un tono muy distinto al resto de la obra de Thomas Wolfe, fue publicada por primera vez en 1947, después de la muerte de su mítico editor, Maxwell Perkins. Éste no había permitido que fuera publicada antes, ya que no deseaba que el texto de Wolfe ofendiera al ya senil Robert Bridges, antiguo editor de Scribner’s Maga¬zine, en quien se había inspirado para crear a su protagonista.El viejo Rivers, sí, está lleno de jugosas alusiones a Bridges, quien se había atrevido incluso a pedir al futuro premio Nobel John Galsworthy que borrara algunas frases «con alusiones sexuales» si quería seguir publicando en Scribner’s. El importante editor, que había cimentado parte del prestigio de su revista sobre nombres como Henry James o Edith Wharton, tenía ciertas...



The sons of Maxwell Perkins. Letters of F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, Thomas Wolfe and Their editor. Edited by Matthew J. Bruccoli with Judith S. Baughman.

In April 1938 F. Scott Fitzgerald wrote to his editor Maxwell Perkins, "What a time you've had with your sons, Max—Ernest gone to Spain, me gone to Hollywood, Tom Wolfe reverting to an artistic hill-billy." As the sole literary editor with name recognition among students of American literature, Perkins remains permanently linked to Fitzgerald, Hemingway, and Wolfe in literary history and literary myth. Their relationships, which were largely epistolary, play out in the 221 letters Matthew J. Bruccoli has assembled in this volume. The collection documents the extent of the fatherly forbearance, attention, and encouragement the legendary Scribners editor gave to his authorial sons. The correspondence portrays his ability to juggle the requirements of his three geniuses.
Perkins wanted his stars to be close friends and wrote to each of them about the others. They responded in kind: Fitzgerald on Hemingway and Wolfe, Wolfe on Fitzgerald, Hemingway on Wolfe and Fitzgerald. The novelists also wrote to each other. But contrary to Perkins's hopes for a brotherhood among them, their letters express rivalry and suspicion rather than affinity. Perkins encouraged the writers professionally but never took sides in their sibling rivalries.
Addressing an overlooked aspect of literary study, the letters center on the acts of writing, editing, and publishing, and on the writers' relationships with Scribners and one another. In addition to providing insight into the personalities of these literary heroes, the correspondence reveals how editing and publishing have changed since the twenties and thirties—a golden era for Scribners and for American literature. In particular, the letters correct the incomplete, oversimplified popular image of Perkins and his function as an editor—especially his relationship with Thomas Wolfe.





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